Búsqueda constante de conocimiento y amor

El estudiante agustiniano ideal muestra una insaciable sed de conocimiento y amor, buscando continuamente aprender y amar más profundamente.

Autoconocimiento como base

El estudiante reconoce que el autoconocimiento es fundamental y se esfuerza por comprender sus propias fortalezas y debilidades.

Apertura a los demás y a la trascendencia

El estudiante valora la comunidad y las relaciones interpersonales, reconociendo que el crecimiento personal se logra a través de la interacción con los demás. Además, está abierto a la dimensión espiritual y reconoce la presencia de Dios en su vida.

Humildad y receptividad

El estudiante acepta humildemente sus cualidades y limitaciones, viendo sus fortalezas como un reflejo de lo divino y sus debilidades como oportunidades de crecimiento. Busca activamente desarrollar virtudes y fortalecerse a través de la interacción social.

Potencial para el crecimiento

El estudiante se ve a sí mismo como un individuo en constante desarrollo, reconociendo que la vida presenta oportunidades para el crecimiento auténtico o inauténtico, dependiendo de las elecciones y valores que adopte.